¿Cuándo la ansiedad es patológica? (+ audio explicativo)
En ¿Qué es la ansiedad? hablamos de todo lo positivo
que tiene la ansiedad. La llenamos de flores, básicamente. Pero hay otra cara
en esta moneda, y acá vamos a hablar de la ansiedad
desadaptativa/disfuncional/patológica. En otras palabras, esa ansiedad a la que
todos nos referimos cuando hablamos de ansiedad. Por eso, a partir de acá,
cuando hable de “ansiedad” me estaré refiriendo a la ansiedad patológica.
Definiendo la ansiedad patológica
Entendemos entonces que al referirnos a la ansiedad patológica estamos hablando de la vertiente patológica de una reacción natural, esperable y necesaria.
Para que esto se produzca, la respuesta de ansiedad mostrará las siguientes características:
• Se presentará de forma desproporcionada ante estímulos que no deberían disparar ansiedad.
Como se puede observar, esta reacción de ansiedad en lugar de cumplir su función primigenia (activar al organismo para dar respuesta a las demandas de la situación), pasará a interferir, más que a facilitar, la solución de las demandas ambientales. De este modo, la respuesta de activación perdería su valor adaptativo, convirtiendo a los eventos cotidianos que la desencadenan en fuentes potenciales de terror y pánico, e incluso se trasladaría a otras situaciones que en principio no estaban relacionadas con dicha respuesta. Además, si no se interviene a este nivel, con el paso del tiempo, es probable que esta respuesta de ansiedad se generalice a otros contextos, impulsando a la persona que la sufre a adoptar toda una serie de comportamientos desadaptativos como respuestas de evitación y/o huída a fin de mantenerse al margen de las fuentes de peligro percibido (por ejemplo, evitar salir de casa, asistir a reuniones sociales, concurrir al gimnasio, etc.)
Ejemplito esclarecedor: hablar con miedo
Vamos con uno de los ejemplos que más puede habernos tocado de cerca a todos: hablar con miedo. Haber tenido que dar algún examen oral frente a todos nuestros compañeros o a solas con algún profesor que nos evaluaba, enfrentarnos a tener que hablar con la persona que nos resulta atractiva, dar una presentación en el trabajo, etc. Todos las hemos pasado, con mayor o menor ansiedad, y sobrevivimos. Cualquiera de estas situaciones, más allá de que puedan tener consecuencias negativas como desaprobar o que quien nos interesa piense que quizás no somos lo mejor que puede conseguir, no son una amenaza grave para nuestra vida. Es por esto que si bien podemos vivenciarlas con cierto grado de ansiedad al evaluarlas como situaciones “definitorias” en algunos aspectos, cuando esa sensación de incomodidad pasa a ser desproporcionada y genera que tengamos que salir huyendo de la situación o no podamos desenvolvernos, se vuelve patológica.
En estas situaciones mencionadas, que la ansiedad se active y tener tu cuerpo preparado para correr por seguridad probablemente no te mantendrá seguro, pero puede hacerte sudar o tartamudear debido al aumento de tensión muscular. Y ahí es cuando la ansiedad patológica muestra su verdadera cara: el miedo a fallar genera que termines fallando.
Nuestras reacciones físicas entonces comienzan a gatillarnos un pensamiento que toma toda la situación: “todos están notando que me puse colorado, que me tiembla la voz, que estoy nervioso… ¡qué papelón!”, aumentando aún más la atención a nuestras reacciones para tratar de controlarlas, y desesperándonos por no poder lograrlo. Creamos así un círculo vicioso que suele terminar cuando “escapamos” de la situación, de ese estímulo que tanto mal nos está generando. Genial, tranquilidad, me voy sintiendo mejor. Mis latidos vuelven a acomodarse, mi respiración recupera su ritmo normal y mi sudor de a poco se va secando. Lo más sensato sería no volver a pasar por una situación así, ¿no?
La evitación, al disminuir nuestro malestar, acaba de enseñarnos que estamos mejor no porque el estímulo no era amenazante, sino porque escapamos y dejamos de estar en contacto con el mismo. Para ampliar un poco esto, te invito a que te pases por acá para resolver esta duda: ¿Evitar o afrontar?
Para no extender demasiado la longitud del post, les voy a dejar el siguiente cuadrito y los invito a que escuchen el audio para ampliar y esclarecer un poco cómo podemos entender esto:
(Audio ejemplificador) 👇